No son las palabras,
sino, los hechos que prueban
y nos llevan a confrontar los aciertos y desaciertos,
no es la duda,
sino la convicción la que nos lleva a alcanzar los objetivos.
Los caminos no son cortos ni largos,
solo son un instante de la existencia que cada uno ha escogido
para transitar por la tierra;
la distancia que encuentras entre tus convicciones y tus metas
solo dependen de tu voluntad.
Cada paso por pequeño que sea
es importante para llegar a la meta
donde la paz, el bienestar, y la felicidad, serán el resultado
de todos los logros acumulados.
Solo cuando decides cambiar... tu alma sana,
y cuando el alma sana se libera de las opresiones y yugos del ayer
así las dádivas del padre te llenarán de inmensa felicidad y gratitud,
te llevarán de vuelta a tu verdadero hogar, el mundo espiritual,
libre de penas y ataduras,
dispuesto a continuar en la construcción del bien,
que es el objetivo final de la creación;
Amar, Servir y Perdonar.
( Escrito: Ana Escobar abril 9 2013)
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