jueves, 1 de noviembre de 2012

EL ESCUDO DE LA VIDA



Suele pasar que  al vivir en un mundo de tantos conflictos y tantas contrariedades El ser se resiente cuando se ve enfrentado a la realidad de la vida, aquella ´para la que No nos preparamos, por momentos pensamos que todo es perfecto, pero esto es una simple utopía porque apenas estamos caminando en  el despertar de la consciencia, hecho que ha durado miles y miles de años.


El Amar, aún nos duele, el perdonar aún nos cuesta
El sonreír a veces se hace difícil
El encarar la vida con la simpleza para muchos es un desafío
Pero tras los grandes avatares de nuestra existencia, la única realidad es que todo lo que vivimos Nos prepara para recibir algo mejor, cada golpe, cada caída, trae consigo un aprendizaje profundo que lo evidenciamos cuando abrimos los ojos, con la certeza que no importa lo que haya pasado, ha sido bueno; cada caída nos hace más fuertes, cada equivocación nos enseña, cada vez que soportamos y toleramos nos vuelve más humildes, por eso la vida seguirá siempre enseñándonos a través de la múltiples experiencias necesarias para asumirla  con más amor y más tranquilidad.

Para muchos estos hechos pasan de manera simple y pretenden  crear un escudo de inmunidad, hecho que es casi inútil porque la vida te lleva y te trae al lugar  donde debas estar, con las personas indicadas y en el lugar adecuado para que tus experiencias sean mucho más ricas .
No  crees un escudo construido por el miedo de los nuevos desafíos que te presenta la vida, solo abre los ojos, y vive  como la primera vez, que las cosas  pequeñas no te derrumben, porque Dios tienen guardado para ti la grandeza del universo.
Tu escudo  debe ser  para cuidarte  de las cosas malas, nunca para alejar  las personas que te aman,  no creo que haya mejor medicina que el amor, la palabra del ser que se ama, el  gran abrazo que se recibe con la mejor energía, la  compañía de un buen amigo, el consejo de una madre, en fin todos aquellos que nos  regalan los mejores momentos.
En este mismo instante has un inventario de todo lo bueno y maravillosos que te han dejado algunas cosas del pasado que en su momento no fueron buenas, pero que hoy nos ayudaron a construir lo que somos,  eres mejor hombre, mejor mujer, mejor hijo o hija,  esto implica que la vida no pasa de largo, hay estaciones necesarias para retomar el aliento y volver al camino de la edificación y el crecimiento, nada es para siempre, porque en la vida todo se renueva, por eso debemos estar dispuestos a aceptar, a soltar  aquello que ya no está en nuestras vidas y a poder mirarla  con coraje para volver a empezar una y otra vez, cada que sea necesario, hasta que la vida nos llene del néctar de las flores y de sus mejores perfumes.
Siempre es bueno recordar entre mas luchamos y nos negamos a  aceptar más nos hundimos, este efecto es el mismo de los pantanos  y las arenas  movedizas que nos llevan    cada vez más hondo, mirar la vida con el infinito amor de las oportunidades que nos da Dios con cada amanecer, mirar la vida con la inocencia de  los niños para que aun a pesar de las dificultades que se enfrenten nos podamos sorprender.
 El  mejor escudo en la vida es el amor, la caridad  y el perdón, este es  el camino que Jesús un día enseño, por eso vive en  la gracia del amor  cada día, cada instante dona algo de ti, no  olvides que tu palabra puede sanar, que tus abrazos pueden aliviar, que tu mirada puede reconfortar, en fin dónate a cada instante, da algo de ti una sonrisa algo pero da algo bueno cada día y tendrás la inmunidad, contra la desolación, la depresión y la tristeza.

(escrito: Ana Escobar)



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